Este complejo residencial basado en un concepto de arquitectura moderna en el estado de México se desarrolla en una parcela de forma triangular y con un gran desnivel. Estas condiciones han sido para los arquitectos una característica principal a la hora de diseñar las 5 viviendas unifamiliares que allí se sitúan. La parcela se ha subdividido en terrenos rectangulares sobre los que se posiciona cada vivienda. De este modo, la vivienda queda centrada y así cuenta con un espacio de aparcamiento en el acceso y un jardín trasero como área de mayor privacidad.
Cada vivienda ha sido diseñada en dos niveles, una planta baja de zonas más comunes y una planta alta para los dormitorios más una pequeña salita. Desde la imagen formal hasta la configuración de los espacios interiores están basados en una arquitectura contemporánea y moderna. Los espacios se ajustan a proporciones más actuales, más diáfanas. Además, en planta baja se produce una sucesión de espacios abiertos que dotan a la casa de una mayor flexibilidad.
A pesar de mantener las cubiertas inclinadas, se añaden elementos que potencian la horizontalidad de todo el conjunto. Una imagen muy equilibrada con un juego de volúmenes compensado a partir de contrastes. Enfrentar conceptos para crear sensaciones. La coherencia en la configuración del programa de la vivienda ha llevado a los arquitectos a volcar los espacios comunes a la zona de jardín y piscina, para establecer una relación visual e incluso física en determinados momentos. Relacionar el interior con el exterior tratando de fundir los límites y enriquecer los espacios.